martes, 17 de marzo de 2009

Algunos Poemas de Memoria del agua


Bostezo nocturno

Del cenit al nadir
cueva de aire
la boca minúscula
puerta de navajas
inhala de un gesto
el cadáver del día.



Niebla

En la niebla se insinúa
la ceguera del paisaje.



Post Mortem


Al despertar:
cabellos en la almohada,
pestañas huérfanas,
lagañas en el lagrimal,
pájaros que pronuncian nuestro bostezo.

En los pliegues de las sábanas
algo nimio se queda
mientras el cuerpo se levanta para el día.

Algo digno de microscopía
que no detecta la mirada,
apenas como el polvo
en el rayo de luz que se devela.

Al despertar:
millares de células muertas
sobre el silencio tendido de la cama.

Pero con gesto pueril
nos largamos a la ducha
sin saber que a diario
un cadáver ensaya nuestra muerte.



Contacto

Con la mirada
toco el paisaje. Mientras
quietas mis manos.



Elefantes

Ebrios gigantes que no olvidan,
monolitos de lodo ennoblecido,
trompetas de marfil,
respiración que alarga,
trompas que conducen a una cueva,
palafitos donde las aves pican
los rescoldos del Pleistoceno.

En el zoológico de Chapultepec
no para verlos
mi padre me cargaba para darles de comer
cacahuates sin pelar sobre mi mano.

Un instante y la trompa,
inaudita aspiradora,
sin tocarlo esfumaba el alimento.

A la mitad de una sonrisa
oscilaban como barcas en el muelle,
balanceándose,
casi con la misma gracia
con que tanta grandeza
se mece en el recuerdo.

o. pirot

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