sábado, 10 de abril de 2010

Muérdeme cocodrila


Muérdeme cocodrila

clava tu piano porcelana

en mi piel sanguijuela

destázame engulle repárteme fracturas

desafina el podrido autismo

de la carne durmiente

acércate cocodrila no te haré daño se supone

que yo soy la presa una cebra inmóvil caballo

indeciso entre la noche y el día

tu mandíbula ábrela disloca el perfil del agua

desgarra mi equilibrio en la superficie convulsa

al fondo llévame de tus larvas convídame el signo invisible

maquíllate preciosa con mi sangre ritual banquete desleído

pronúnciame las letras infinitas del silencio Sísifo carga una piedra y se le devuelve así mi soledad erosiona el suplicio mirando como te alejas sin ni siquiera reventarme con tu cola la cara

mastícame por última vez te lo digo la noche entierra su silicio y luego amanezco como una virgen encostrada en el antifaz del milagro

soñar solo no me importa no quiero vivir solo triste ventosa en la saliva del aire

no aguanto más cocodrila disimulo estar bien como el dolor bajo la herida pero es inútil reviento esquirlas yugulares deletreo el canto de los cerdos enfrentándose a la muerte

mi carne brilla enceguecida abnegada sin el frugal seísmo del beso lámeme

con tu olfato rastrea las huellas grises de mis pezuñas el camino desértico que trazo sobre la página arenosa de mi vida

incendia con tu lengua la vegetal insistencia de las horas

apaga el carbón de mis ojos con el manantial de tu mirada

muérdeme cocodrila

hunde despaciosa tus navajas

el crimen está a la orilla del abismo

mi cuerpo reclama

el colmillo

voraz

de tu voz

el graffiti

espectral

de tu aliento

sobre los muros rotos

de mi vientre


o. pirot (inédito)

3 comentarios:

  1. Hola Rebeca! No tengo palabras para agradecer tu comentario y el recorrido de tus ojos sobre este poema. Solo queda reiterarme en una palabra: gracias!

    Espero vernos pronto por ahí!

    ResponderEliminar