Este año 2013 me he propuesto hacer un
pequeño experimento literario al mes. El experimento no es, ni de lejos, algo
arriesgado; todo lo contrario, no pretendo con él ir hacia el riesgo sino más bien hacia lo cotidiano. A este experimento lo he
titulado “La poesía donde no” y consiste en, mensualmente, escoger una fuente
que nada tenga que ver directamente con la literatura, y extraer de ella
hallazgos literarios.
A continuación presento el mes de febrero:
2) Febrero: utilizar el lenguaje del "hombre del tiempo" y crear un poema.
La fluidez y el vocabulario que utilizan todos los que diariamente nos diagnostican el tiempo, me produce fascinación debido a que percibo una energía verbal que no me deja indiferente. Los conceptos y la forma en que se hilvanan parecieran estar dándome indicios de un poema escondido entre los mapas y sus descripciones temporales.
En febrero me dediqué a ver en la tv a diversos "hombres del tiempo" e iba anotando el vocabulario que me sorprendía. A continuación, muestro algunas de las palabras de ese vocabulario y luego un poema escrito muy recientemente que está inspirado en dichas palabras.
Vocabulario:
Nubosidades
Frente frío asociado
Profunda Perturbación
Ciclogénesis Explosiva
Profundísima Borrasca
Chubascos Residuales
Cota de nieve
Las olas no dejarán de ser enormes
Mi habitación es un desierto lleno de
nubosidades,
soledad anclada en la cota de nieve que deja
el calor de mi cuerpo.
Una profunda perturbación despierta de vez
en cuando a los demonios
y lucho contra ellos como una vela rodeada de
chubascos residuales.
Las pinturas, las estatuillas de dioses
prehispánicos,
la ropa llena de noche, los libros, la
memoria escurriendo
por las paredes, la almohada infestada de
libélulas y la cama individual
del tiempo, me revelan que las olas de la
vida
nunca dejarán de ser enormes.
A veces me quemo en las llagas de un frente
frío asociado,
y el corazón se me sale de la boca
como una ciclogénesis explosiva que mancha
las sábanas con su enjambre de sombras.
Mi habitación es pequeña pero cargada de una
profundísima borrasca de letras y silencio.
Cuando el cielo quiere entrar, le abro la
ventana
y mancha con alerta roja los golpes de calor
que se quedan boxeando en mi piel.
Habito un microclima desértico,
pero la sangre sabe sembrar
estrellas en medio del abismo.
Óscar, que la creación no tenga límites, y qué tú sigas brillando.
ResponderEliminarBeso.
Gracias María, y que la creación siga siendo un territorio sin fronteras, te sigo leyendo, abrazo!
Eliminarmaravilla
ResponderEliminarMaravilla eres tú y tus poemas, mil gracias como siempre y sigo a tortuga lucecita!
EliminarMuy interesante el experimento y muy bueno el poema climático.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos por la lectura del experimento, un saludo!
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