Palpé tu cuerpo entre presencias ciegas
Era la noche y su racimo de sombras
Coseché los frutos dormidos en tu carne
Lamí tus muslos y su barca de lluvia
El bosque dictó su palabra de incienso
Enterramos el tiempo para salvar el instante
La sangre predijo la sed del diluvio
Ahogamos el árbol bajo una almohada de
niebla.
"...su barca de lluvia" es exactamente la maravilla que necesitaba leer hoy. Tienes la sensibilidad anidándote en la pupila, siempre.
ResponderEliminarÓscar, abrazo grande
La maravilla es la gratitud por la lectura, un abrazo grande también y me maravillo igualmente de tu poesía, saludos!
EliminarSr Pirot! Como siempre un gusto leerte, tomas como siempre un montón de letras y las esculpes hasta formar tu poesía!
ResponderEliminarKarencita! Muchas gracias y siempre es un placer conversar, muchos saludos!
EliminarLa sangre y la fruta en mi lengua, la misma cosa.
ResponderEliminarDara, hermosa imagen la que me dejas, un placer tenerte por aquí, muchas gracias y saludos!
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